35. Centro Documental El Águila
El Centro Documental de la Comunidad de Madrid se ubica en la antigua fábrica de cervezas “El Aguila”, una rehabilitación que se inició en 1996 y se finalizó en el año 2002. Esta intervención se puede consierar una intervención pionera y ejemplar en la rehabilitación de conjuntos industriales para un uso cultural.
El conjunto original de la antigua fábrica de cervezas “El Aguila” comienza a edificarse en los años 1912-1914 con los edificios de la Administración, Maltería y Cocción, según un proyecto del arquitecto Eugenio Giménez Corera. Posteriormente, se amplia con nuevos edificios de bodegas, silos y mantenimiento, así como reformas de los anteriores, por el arquitecto Luis Sainz de los Terreros. El conjunto se completa con nuevos silos y otros edificios de menor interés, hasta los años setenta. La mayor parte de los edificios más significativos se construye dentro de la arquitectura neomudéjar de ladrillo, con reminiscencias de carácter anglosajón. El conjunto de edificios se encuentra, desde hace diez años, en estado de abandono con algunas partes en estado ruinoso.
En el año 1994, la Comunidad de Madrid, convocó concurso de ideas de carácter nacional para la rehabilitación de dicho conjunto, cuyo jurado premióla propuesta de los arquitectos Emilio Tuñón Alvarez y Luis Moreno Mansilla.
Desde el origen del proyecto, en la propuesta del concurso público, los poderosos e inquietantes espacios libres de la antigua fábrica de cerveza de El Águila, inéditos para el ciudadano, han ordenado las diferentes actividades mediante la construcción de vacíos, intersticios y expansiones de superficies, a la búsqueda de hacer visible un espacio exterior que la modernidad entendió como vacío tal cual. El espacio entre los edificios se convierte así en lo definitorio del trazado, valorando múltiples recorridos y planos de actividad e información que modifican el carácter lineal del conjunto, al establecer invisibles vínculos entre las diferentes construcciones de escala y materiales industriales.
El Archivo y la Biblioteca Regional de la Comunidad de Madrid en la antigua fábrica de cerveza El Águila forman un centro documental cuyos objetivos son la conservación, custodia y difusión del patrimonio histórico documental, con el fin de asegurar la transparencia de los procesos administrativos y la defensa del ciudadano. Su construcción, como ampliación del eje cultural del Paseo del Prado, tiene su origen en la voluntad política de abrir Madrid al sur, así como en la voluntad cultural de salvaguardar los restos del patrimonio industrial histórico de la ciudad.
El Archivo Regional, con una superficie de 30.000 m2, se organiza en tres módulos: ingresos, depósitos y atención al público. El edificio de depósitos tiene una capacidad de 100 km de estanterías, y se estructura en seis plantas iguales, rodeadas por un edredón térmico que construye una doble fachada ambiguamente translúcida; su organización en planta responde al reto de hacer arquitectura desde las restricciones impuestas por la rigurosa normativa de incendios.
El Archivo Regional con una superficie de 30.000 m² se organiza en cuatro módulos diferenciados: Edificio de depósitos, edificio de ingresos y talleres, edificios de oficinas y zonas de usuarios y edificio auxiliar. El edificio de depósitos, de nueva construcción, se divide en siete plantas, seis sobre rasante dedicadas a depósitos, y una bajo rasante dedicada a aparcamiento. Alberga 100.000 ml. De estantería distribuidos en 48 depósitos con estanterías de tipo compacto. El edificio de ingresos y talleres, también de nueva construcción, alberga los talleres de restauración, encuadernación, reprografía, zona de administración, muelle de carga, salas de limpieza, eliminación, desinfección y desinsectación de documentos, así como las zonas de trabajo de ingresos ordinarios y extraordinarios. En el de Cocción (restaurando el edificio existente) se ubican las oficinas y zonas de usuarios. El edificio auxiliar ubicado en el edificio de las antiguas bodegas, albergará un programa cultural complementario e independiente del conjunto. Todas las edificaciones de nueva planta del Archivo Regional se encuentran rodeadas por un edredón térmico que construye una doble fachada ambiguamente translúcida; su organización en planta responde al reto de hacer arquitectura desde las restricciones impuestas por la rigurosa normativa de incendios.
La Biblioteca Regional, ubicada en el edificio de la Maltería y con una superficie construida de 9.900 m², se desarrolla en ocho plantas. Los diferentes usos de la Biblioteca quedan agrupados dentro del edificio existente. En las cuatro plantas del edificio de la Maltería se alojan dos salas generales de lectura, una sala para hemeroteca y la sala general de la mediateca. El edificio de la Heladería acoge al acceso y el vestíbulo principal, el gran vacío de este vestíbulo se cualifica, en su perímetro, con tres pasarelas metálicas donde se situarán previa restauración algunas de las maquinarias existentes en el edificio de la Maltería. Los silos metálicos y dos plantas, bajo las salas y el vestíbulo, albergarán los amplios y diversificados depósitos de libros. Completa el programa un edificio de nueva construcción que albergará el bloque técnico, información bibliográfica, los talleres de microfilmación, reprografía, encuadernación y las oficinas de Dirección y Administración. La Biblioteca Regional, con una superficie de 10.000 m2, resuelve un programa diversificado de biblioteca multimedia rehabilitando los inquietantes espacios industriales; los silos que en el pasado almacenaban el grano, guardan hoy los libros editados en la Comunidad de Madrid.
Por último, el Depósito Legal se ubica en las antiguas dependencias de administración, un hermoso edificio exento con 600 m2.
Con la construcción de la Biblioteca y Archivo Regional, se dota a la Comunidad de Madrid de un extenso Centro Documental al servicio del ciudadano, y se salvaguarda el Patrimonio Histórico, mejorando la calidad ambiental de esta zona de la ciudad dedicada históricamente a uso industrial y que, en la actualidad, como extensión natural del barrio de Arganzuela, tiene un uso preferentemente residencial.
Para Madrid, el conjunto integrado por el Archivo y la Biblioteca Regional de la Comunidad de Madrid es como dos manos entrelazadas, símbolo del acuerdo que entre medio ambiente y arquitectura debe producirse en el futuro que ya está aquí. Una mano que protege el patrimonio histórico y la otra que cobija la cultura, nuestro patrimonio del futuro.