186. Oficinas de Arquia Bank

Localización
Madrid, calle Tutor 16
Arquitectos
Emilio Tuñón y Carlos Martínez Albornoz
Colaboradores
Inés García de Paredes, Julia Díaz Beca, José Ramón Rodríguez, Nicolo Franchetto
Promotor / Propiedad / Cliente
Arquia Bank
Estructura
Alfonso Gómez Gaite, Alfonso Redondo Gómez, GOGAITE INGENIEROS
Instalaciones
Carlos Úrculo, ÚRCULO INGENIEROS
Arquitecto técnico
Sancho Páramo Cerqueira
Empresa constructora
San José
Carpintero
Carpintería La Navarra
Jardinería y paisajismo
Benavides Laperche
Proyecto
2019
Inicio de obra
2020
Final de la obra
2022
Superficie construida
1.800 m2
Maqueta
Carlos y Jorge Pérez-Chirinos
Fotografías
Luis Asín

Las nuevas oficinas de Arquia Bank y la Fundación Arquia se instalan tras la fachada de un edificio industrial situado en la calle Tutor de Madrid que a principios del siglo XX acogía una empresa de artes gráficas.

La nueva construcción de cuatro plantas que alberga este edificio administrativo se oculta discretamente tras la fachada protegida, escalonándose exteriormente para dejar los restos de la antigua imprenta en primer plano. Con ello, se favorece la escala y la luminosidad de este tramo de la vía urbana sin afectar a la sección actual de la calle.

En el nivel de acceso, un vestíbulo de escasa dimensión en planta se eleva hasta la cubierta de la primera terraza. En su techo se abre un lucernario que introduce luz sobre el ámbito de entrada. Varias dependencias de la planta primera se abren al vestíbulo, jugando asimétricamente con los huecos de la fachada existente. El vestíbulo da paso al núcleo de comunicación vertical y al espacio multifuncional, volcado al pequeño jardín trasero, dispuesto en el patio de manzana.

En las plantas superiores se ubican los espacios administrativos, luminosos y abiertos a las diferentes terrazas ajardinadas. Paredes y techos se cubren con tablilla de madera lacada en blanco, como si de un barco se tratara.

La fachada protegida, de ladrillo prensado, marca la construcción de las fachadas escalonadas, así como la fachada posterior que da al patio de manzana. Todos los paramentos se perforan con grandes huecos, de escala casi industrial, estableciendo vínculos con la construcción que algún día existió en este mismo lugar. La intervención quiere ser un sencillo homenaje a aquellas pequeñas industrias que se desarrollaron en esta zona de Madrid a principios del siglo pasado; y también, hacerse eco del respeto que sus ciudadanos sienten por su humilde pasado industrial.